La escuela como institución es un edificio concreto al que también debemos considerar a la hora de plantearnos las características del proceso de enseñanza que deseamos desarrollar. Si dicho edificio se encuentra en malas condiciones, se verá perjudicada, inevitablemente, la calidad educativa de los niños que concurren a él.
Cada docente puede intervenir de tal manera que los niños aprendan a respetar, cuidar y querer a la escuela, y debe procurar dar el ejemplo en este proceso de construcción. Sabemos que en muchísimos casos los recursos para lograr buenas condiciones edilicias son escasos, pero será cuestión de encontrar la manera de optimizar lo que tenemos.
El estado del edificio, de sus aulas, de sus patios y de sus pasillos es uno de los factores motivacionales que operan sobre quienes lo utilizan cotidianamente. Los ambientes agradables invitan a habitar, enseñar y aprender.
El cuidado de los espacios es, por lo tanto, un factor de clima escolar.
Si queremos que nuestra escuela cambie, debemos generar acciones en pos de su mejora; incorporar pequeños detalles como los carteles para cada espacio que te ofrecemos.