La vuelta a la escuela nos pondrá felices, pero también sabemos que debemos ser muy cuidadosos, preventivos y responsables para cuidar la salud propia y de todos aquellos que comparten con nosotros su jornada.
Como docentes tenemos un doble reto: calmar nuestras propias angustias, ansiedades y malestares que esta situación nos genera y al mismo tiempo intentar transmitir algo de esto a nuestros estudiantes. Un niño estresado y asustado, no es una persona demasiado receptiva para el aprendizaje. Por eso pensamos en algunas ideas a la hora de dar clase y calmar a nuestros estudiantes, mientras que les enseñamos a cuidarse.